Jair Bolsonado parece ausente de la pandemia que vive el Mundo con el coronavirus. En su última declaración afirmó que "Brasil no puede parar", y de esta forma promueve una peligrosa campaña contra la cuarentena, que pone en riesgo la salud de todo Brasil.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su hijo senador, Flavio Bolsonaro, promovieron en sus redes acciones y mensajes que atacan la restricción de circulación como medida para contener el avance del nuevo coronavirus.
El presidente divulgó en su cuenta de Facebook un video de una caravana de vehículos celebrando la reapertura de comercios y escuelas en un balneario en Santa Catarina.
“El pueblo quiere trabajar”, escribió el presidente debajo del video.
El mandatario de ultraderecha calificó de “gripecita” la enfermedad, y afirmó además, que el coronavirus es “como la lluvia” y que muchos se “mojarán”, pero insistió en la baja tasa de mortalidad de esta nueva enfermedad.
En sus últimas apariciones Bolsonaro ha minimizado la gravedad del coronavirus y ataca a los medios de comunicación y a los gobernadores que, a su juicio, “quieren paralizar” el país.
Y para mejor, el presidente brasileño ha presionado a los gobernadores para que reabran las escuelas y los comercios, y el ministerio de Economía llegó a ordenar suspender el pago a trabajadores estatales de beneficios como el pago de transporte y otros adicionales.
El miércoles, 26 de los 27 gobernadores de Brasil se reunieron virtualmente y enviaron una carta a la presidencia solicitando apoyo. Todos se pronunciaron a favor de medidas de aislamiento social, dijo al término de la reunión Joao Doria, gobernador de Sao Paulo, estado epicentro de la enfermedad en Brasil.
La mañana de este viernes, Bolsonaro afirmó ante periodistas y seguidores que los gobernadores y alcaldes que determinen el cierre obligatorio de comercios deberán costear el pasivo laboral y aseguró que el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, iba a reabrir el comercio el lunes. Pero Rocha desmintió de inmediato que tenga esos planes, en una entrevista con el diario O Globo.
En esa tensión entre medidas de prevención y actividad económica, el jefe de Estado asistió el viernes al lanzamiento por el Banco Central de Brasil de una línea de crédito de emergencia de 40.000 millones de reales (USD 8.000 millones) para que las pequeñas y medianas empresas puedan pagar salarios durante dos meses.
La Cámara de Diputados aprobó por su lado la noche del jueves un proyecto de distribución de ingresos por tres meses para trabajadores informales que oscilará entre 600 y 1.200 reales (USD 120 y 240). El texto debe ser discutido ahora por el Senado.
Hasta el momento se advierte que la economía más grande de Latinoamérica no encuentra un camino para cuidar a los brasileños. El presidente de Ultraderecha se encuentra empecinado en proteger los intereses de una clase rica, minoritaria en Brasil, pero que detenta el poder económico.
Así la situación, podría dirigirse a un Juicio Político, que la mayoría de Brasil comienza a a pedir a gritos.
Fuente: Infobae y Folha.vol.com.br
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